En este caso basta con la llama de una vela para curvar finas varas de bambú, o tiras cortadas a lo largo de una caña gruesa!
Al reblandecerse las fibras por efecto del calor, podemos ir presionando poco a poco hasta conseguir la forma deseada, moviendo la caña continuamente para que no llegue a quemarse.
La industria emplea grandes calderas para esta labor, con el mismo principio. Con un poco de práctica, y empezando por piezas pequeñas. Podemos ser capaces de abordar trabajos casi profesionales, curvando por ejemplo los brazos de una silla, las esquinas de una mesa de bambú, y otros muchos proyectos
.Cortesía de: Fernando Barón de Bricolaje.facilisimo